Friday, September 14, 2012

El Charro Mexicanoo


El Charro Mexicano

Hoy 14 de Septiembre celebra la comunidad de hombres de a caballo, “El Día Del Charro”, Instituido por decreto presidencial por el Presidente de la republica Abelardo L. Rodríguez y desde entonces, todos los miembros federados en el seno de la Federación Mexicana de Charrería pasaron a formar parte de las reserva del Ejercito Mexicano, celebrando su día con eventos cívicos y deportivos en dondequiera que se encuentre una agrupación de Charros.
¡VIVA MEXICO!... Es el grito que la  noche del 15 de Septiembre de cada año ruge a través de todos los rincones de México y tiene eco en el corazón de cada mexicano que late en el extranjero alrededor del mundo, al celebrar la gesta heroica del cura Don Miguel Hidalgo y Costilla en el pueblo de Dolores de nuestro estado de Guanajuato el año de 1810, dando inicio así a la guerra de Independencia; Hoy los motivos para celebrar son deportivos más que históricos o sociales, sin embargo la festividad nos hace recapacitar en nuestras raíces culturales e históricas y una fase de esa veta cultural tan nuestra, es la figura que ante el mundo nos identifica mejor que cualquier otra, me refiero a la imagen del Charro reconocida mundialmente como el icono de la identidad de México; con eso en mente decidí crear un ligero bosquejo de la transformación de la imagen que nos identifica.
La presencia del Charro, con su gallardía varonil y destreza, representa universalmente todo lo que es México. El Charro de hoy es, sin lugar a duda, el heredero directo de las tradiciones y costumbres de sus gloriosos ancestros y como tal, debe salvaguardar celosamente las costumbres y tradiciones depositadas en él, en un marco de conducta intachable, rectitud de carácter y de palabra inquebrantable a toda prueba, tanto en las faenas dentro de un Lienzo en competencia  como fuera de él.
La evolución del Charro, a través de la historia de México, fue y continúa siendo motivo de debate y escrutinio por parte de los estudiosos del tema; sin embargo trataré de esbozar sólo un bosquejo ligero de la transformación del indígena nativo hasta la figura inconfundible que es hoy por hoy reconocido mundialmente como símbolo universal de México, “El Charro Mexicano”.
Dos Culturas: Jorge Gonzalez Camarena
Durante el segundo viaje de Cristóbal Colón hacia tierras del “Nuevo Mundo” tuvo lugar la conquista de Cuba y de ahí el descubrimiento y conquista de México por Hernán Cortés al mando de un ejército formado por 458 soldados, 109 marineros y 16 caballos.
En ese momento resonaron los cascos de esos caballos, haciendo huella en el suelo del virgen territorio Mexicano y se gestó la unión del corcel Español con el caballero Azteca, no sin antes pasar por periodos de ajuste y fusión de dos culturas a base fuego y sangre, pues entre otras cosas que los conquistadores prohibieron a los naturales, fue la monta de caballos y el uso de la pólvora ya que eran la armas más efectivas para aprovechar la ignorancia del indígena y conseguir la sumisión incondicional.
A consecuencia de la expansión de los conquistadores y la colonización por los civiles, eventualmente las bestias se escapaban durante los combates, en las labores agrícolas o de las haciendas de crianza de ganado. La caballada extraviada se reprodujo y floreció de forma salvaje  en las montañas y territorios despoblados y así llegó la oportunidad para que el indio, el mestizo y el mulato domaran estos animales y los arrendaran a su gusto y para sus necesidades en el campo.
Caballo con arreos Charros,
D.T. Eguerton 1840, Aguascalientes
Durante la época de la Colonia, se generalizó el uso del caballo como medio de transporte y auxilio en las labores campiranas, además de ser usado junto con partidas de mulas y recuas de burros para el transporte de las riquezas extraídas de las vetas de platas en las entrañas del noble Guanajuato y la lejana Zacatecas.
Los mestizos, con el correr del tiempo se asentaron en comarcas pequeñas de agricultores principalmente; Algunos optaron por la renta de parcelas y los más se convirtieron en administradores de haciendas pertenecientes a personajes citadinos.
Dentro de su aislamiento debido a las grandes distancias, se convirtieron en personas auto suficientes, la mayoría de sus implementos eran fabricados por ellos mismos con los recursos que la naturaleza les brindaba, con costumbres e indumentarias propias; amaban a la tierra que los sustentaba y por tal motivo, fueron ellos los primeros y quienes con mayor profundidad, sintieron el concepto de Patria.
Por aquel tiempo habían madurado cierta ideas independentistas en las mentes jóvenes de los pobladores de la Nueva España y se inició la Guerra de Independencia el 15 de Septiembre de 1810 por el cura don Miguel Hidalgo y Costilla en el poblado de Dolores del estado de Guanajuato y se consumó el 24 de Febrero de 1821 con la promulgación del plan de Iguala por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero.
Oleo del Siglo XIX Jinete
 ataviado en traje de Chinaco
Los modestos campesinos y los Charros por origen o condición social con su valor y habilidad sobre el caballo, abrazaron la causa de la Independencia; Algunos alcanzaron rangos y grados militares que les permitieron aumentar las galas de su indumentaria y como buen ejemplo vemos la descripción hecha por Niceto de Zamacois en su libro “Historia de México” con motivo del encuentro del General Español Javier Mina con uno de estos rancheros adinerados, “Vestía el traje de ranchero o gente del campo del país, que es muy vistoso y propio para andar a caballo. Llevaba un sombrero llamado Jarano, semejante al de los picadores de España, pero más fino y flexible, de anchas alas galoneadas de oro, con rica toquilla de plata y chapetas del mismo metal, un jorongo de vivos y matizados colores colgado sobre el hombro; una rica calzonera de paño azul con botonadura de plata, vistosas botas camperas y lujosas espuelas de amplia rodaja, con algunos colgajitos de acero que producen un ligero sonido al andar”.
Las filas de este ejército independentista se vieron engrosadas por caudillos de la talla de Juan Aldama, Mariano Abasolo, Ignacio Allende y José María Morelos y Pavón, cura de Valladolid, todos ellos diestros hombres de a caballo.
Durante la lucha armada se distinguieron por sus proezas, algunos de ellos fueron temibles por su destreza a lomo de caballo, entre ellos Hermenegildo Galeana y los hermanos Leonardo y Nicolás Bravo. Albino García se hizo de gran reputación en el manejo de la reata a caballo arrasando realistas en el Bajío.
Al termino de la guerra de independencia se instaló Guadalupe Victoria como primer presidente de México en 1824, le sucedió en el poder Vicente Guerrero y llegó al poder Antonio López de Santana, quien con su vicepresidente Vicente Gómez Farías, promulgó las primeras leyes de reforma en 1833, a lo cual siguió una serie de luchas internas por el control del poder debido a las diferentes corrientes ideológicas. Entre los personajes que fueron atraídos por el ambiente campirano y la práctica de las faena vaqueras en las haciendas agrícolas y ganaderas encontramos a varios de gran linaje como el Emperador Maximiliano, quien hizo rediseñar sus prendas personales de vestir para incorporar elementos Charros de su gusto y mandó confeccionar sillas de montar ricamente adornadas con aditamentos de plata incrustando el escudo imperial en plata repujada y oro.
Maximiliano I con uniforme militar
 montando en silla Mexicana
La gente común y corriente deseosa de esparcimiento, acudía a festejos populares como la conmemoración del “Viernes de Dolores” y el día de la Santa Cruz, en el paseo colonial de La Viga, abierto por el Segundo Conde de Revillagigedo en el periodo de 1779 – 1789.
Durante la guerra de Reforma, con dos gobiernos simultáneos, Don Benito Juárez por un lado y Félix María Zuloaga por el otro; se libraron batallas contra enemigos extranjeros, tales como los Franceses en 1862, los Austriacos y los Belgas en 1864. Entonces los afamados Plateados y los Chinacos con sus armas ya reconocidas  de sogas, lanzas, machetes además de cuchillos y armas de fuego al lado de Charros y vaqueros, ganaron fama por su derroche de valor y por ser temibles en la guerra.
A principios del siglo pasado los rancheros seguían en su acostumbrado aislamiento y esto contribuyó para que las costumbre típicas y la forma tradicional de vestir de estos se transformara de una forma paulatina, pero llegó la época de la presidencia Porfiriana y las influencias extranjeras rompieron los moldes hasta entonces establecidos por las costumbres, las modas, los trajes y hasta la silla de montar.
Las típicas calzoneras se cambiaron por pantalón ajustado con botonaduras, que sólo servían como adorno a los lados de cada pierna y hasta el zapato se convirtió en botín de una pieza, las botas de campana se eliminaron y el tamaño del sombrero aumentó sus proporciones. Las sillas de montar disminuyeron sus dimensiones, se acortaron los estribos descomunales y se dejaron de usar los vaquerillos, formados por pieles de chivo que colgaban a ambos lados detrás de la teja del fuste. Se generalizó el uso de Chaparreras que son un transformación de los Zahones Españoles con arreglos y modificaciones, ya que los Charros tuvieron que alargarlos para proteger las espinillas al colear, agregándoles además dos rozaderas, una en cada pierna, para resistir las chorreadas de la reata.
Revolucionario en el Bajio
 visitando a su Novia
Con la llegada de la época Revolucionaria se presentó otra vez la ocasión para que el Charro Mexicano demostrara de nuevo su habilidad sobre el caballo y la enorme entrega para defender sus ideales cualesquiera que estos fueran; Y así las crónicas revolucionarias están llenas de nombres de personajes ilustres que fueron parte decisiva del curso de nuestra historia. Hombres como Francisco I. Madero, Ricardo Flores Magón y José María Pino Suárez encabezaron el grupo que además de ser el nervio intelectual del movimiento se sirvieron del noble caballo para sus correrías y traslados, e ilustres Charros como Don Carlos Rincón Gallardo, autor de “El Libro del Charro Mexicano” que es considerado aún en nuestros días como la Biblia del Charro, quien fuera designado por Victoriano Huerta en 1913 como inspector de las fuerzas rurales de la Federación.
En el plano militar se distinguieron centauros como los Generales Álvaro Obregón, de valor indomable, Francisco Villa con sus Dorados de la División del Norte, Emiliano Zapata en el estado de Morelos, quien fuera acribillado por la traicionera metralla del Coronel Jesús Guajardo, sobre su caballo predilecto el “As de Oros”, Benjamín Argumedo, Rodolfo Fierro, Lucio Blanco y Pánfilo Natera, quienes junto con sus tropas cuidaban con celos sus caballos al lado de sus abnegadas soldaderas animados por las notas de La Adelita, La Valentina, La Rielera y la Marcha de Zacatecas.
También la Guerra  de los Cristeros (1926 -1929) fue palestra para el Charro, pues su escenario principal fue la campiña del centro de México. Los estados de Jalisco, Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas, se vieron regados con la sangre brava de mártires que entregaron sus vidas en aras de la defensa religiosa que fue asaltada, al prohibir el culto público por el entonces presidente Plutarco Elías Calles.
Fueron notables las acciones militares escritas en los anales del movimiento Cristero por hombres como los Generales Enrique Gorostieta, Lauro Rocha, Victoriano Ramírez apodado El Catorce y Pedro Quintanar, quienes siendo de extracción campesina y conociendo a fondo las tareas campiranas, supieron dar lustre a la imagen emergente del Charro.
Al termino de la revolución e iniciarse la nueva vida económica, fabril e industrial de México comenzó la migración del campo a la ciudad y los nuevos habitantes citadinos llevaron consigo la sangre Charra y la tradición, echando mano de su ingenio para transportar girones del campo hacia la urbe y de esa forma nació lo que hoy conocemos como Lienzos Charros en donde pudieron repetir las faenas del campo convirtiéndolas en suertes, que reglamentadas, se trocaron en competencias.
Estos Lienzos sirven ahora a los descendientes de la estirpe Charra como escuelas en cuyas cátedras aprenden las suertes y refinan las facultades para dominar por gusto y orgullo las tareas que para sus ancestros, fueron obligaciones de trabajo y parte del diario vivir.
A estas alturas es necesario hacer mención y dar reconocimiento a algunas familias que tuvieron la visión y la necesidad de conservar la solera y el abolengo que a sus apellidos dio blasón y linaje. La familia Becerril de Naucalpan, los Chávez de Toluca, los Ramos y los Islas del Distrito Federal, los Rojo Lugo y los Gómez Jáuregui de Hidalgo, los Domínguez de Querétaro, la familia Balleza de Guanajuato, los Pedrero de León. Don Chon Ledesma de Celaya; Las familias Zermeño. Barba y Sánchez Yaguno de Jalisco, la familia Zavala de Monterrey y tantos hombres que sería imposible enumerar.
Consejo Directivo Asoc. Nacional de Charros, 1924
La fundación de la primera agrupación Charra en el país se verificó el 4 de Junio de 1921 al nacer la Asociación Nacional de Charros, siendo su primer presidente el Lic. Ramón Cosío González; En 1923 y gracias a los esfuerzos y la tenacidad del Sr. Manuel Paredes Arroyo se fundaron asociaciones en Guadalajara, Guanajuato, Puebla, San Juan del Rio y Querétaro.
La constante preocupación de los Charros por la difusión de sus suertes, el orden y respeto a sus estatutos los llevó a reunirse el 26 de Julio de 1933 para formar un comité que explorara la organización y fundación de la Federación Nacional de Charros, que sucedió el 16 de Diciembre del mismo año en la Ciudad de México, llevando en sus manos el Sr. Leovigildo Islas las riendas de la joven Federación como su primer presidente.
El 23 de Agosto de 1933 el Sr. Presidente de la República Abelardo L. Rodríguez por medio del Consejo Nacional de Cultura Física declaró a la Charrería como el deporte “Genuinamente Nacional” ofreciendo todo el apoyo y la ayuda moral para hacer resurgir las típicas costumbres que nos legaron nuestros antepasados.
La imagen estereotipada del Charro Mexicano fuera de las fronteras del país se debe en gran parte a la producción de la industria cinematográfica que personifica al Charro como un tipo borracho, jugador, brabucón y enamoradizo; Ha tocado a Charros íntegros con valores espirituales y morales y con conocimiento de causa, la tarea de limpiar la imagen del centauro Mexicano, lo cual se va consiguiendo lentamente con las excursiones de estos Charros allende las fronteras del suelo patrio y con su presencia en los más grandes escenarios del arte y la cultura en el mundo, comenzando en el año de 1889 se presentó Ponciano Díaz Salinas ataviado con su traje de Charro con su imponente bigote, algo inusual en los toreros, nativo de Atenco, tierra taurina por excelencia, en la plaza monumental de Madrid en donde asombró al público al colocar banderillas a dos manos a caballo e incluso hizo demostraciones de manganeo y la suerte de piales a caballo, 1894 una docena de Charros salió de Monterrey con rumbo a Nueva York dirigidos por Vicente Oropesa. Otro grupo nutrido asistió después a la Exposición Mundial de Paris en 1900, continuando después con un recorrido por las mayores capitales de Europa, asombrando públicos con su destreza, valor, integridad y la belleza y lujo de sus atuendos.
Directiva, Asociacion Nacional De Charros 1934
 Entre los años 1924 y 1934 la Charrería contó con grades impulsores; Centauros e intelectuales que unieron sus esfuerzos para propagar y diseminar el “Credo Charro”, entre los cuales podemos mencionar al General Roberto Cruz, Antonio Gómez Velasco, Rafael y Antonio Gil y el General Jesús Jaime Quiñones, bajo cuya dirección tuvo lugar la primera visita de Charros organizados a Chicago Illinois en el año de 1933, dicha presentación tuvo lugar en el antiguo Southernfield Stadium, de entonces a nuestros a la fecha, la Charrería organizada ha crecido en Chicago pues hoy en día se cuenta con 18 asociaciones registradas en el seno de la Federación, Durante ese viaje, el Sr. Antonio Gil captó la necesidad e introdujo la rapidez y la continuidad en las suertes en los Lienzos.
Haciendo referencia a los Charros que de una manera profesional han paseado la imagen y en algunos casos hasta las faenas y suertes de la Charrería por los escenarios populares de las naciones del mundo entero, es importante mencionar a José Velásquez que durante los años veinte actuó en Filadelfia, La Habana, Texas, Chicago, Buenos Aires, Valparaíso y Lima en Perú. En la década de los treinta Martin Díaz, Guadalupe Bustamante, Juvenal y Arturo Banales actuaron en Panamá, Guatemala, Honduras, Guayaquil, Bogotá y Medellín en Colombia; en 1935 Sergio Arroyo, Francisco Aparicio y José de la Torre actuaron en Portugal, Barcelona, Bilbao, Zaragoza, Granada y Madrid. Luego en 1939 José Luis Ortega, Miguel Aceves Galindo y Audomaro Becerril actuaron en la Feria Mundial de Nueva York. El 11 de Septiembre de 1962 el Dr. José Islas Salazar, José Balleza y la Cabalgata Charra de Celaya Visitaron de nueva cuenta la ciudad de Chicago.
Es de justicia mencionar al Charro Zacatecano Antonio Aguilar, quien con su familia incluida en su “espectáculo” Charro, recorría año con año la república Mexicana y las grandes ciudades de los Estados Unidos para llevar hasta las urbes más sofisticadas la tradición campirana y la música tan arraigada en el sentir y la identidad del Mexicano.
Es menester hacer notar que durante un tiempo existieron dos núcleos de Charros, el de la Federación Nacional de Charros y la Federación Mexicana de Charros, pero a base del dialogo y la diplomacia, y en beneficio de la Charrería en general, en la Ciudad de Pachuca Hidalgo durante en el congreso nacional en 1984 se llevo a cabo la unificación de las dos facciones y se eligió al Charro Torero Joselito Huerta como presidente de la recién unificada Federación Mexicana de Charrería. En la actualidad está por terminar la administración del señor Lic. Jaime Castruita Padilla como dirigente máximo de la Federación Mexicana de Charrería A.C.
Año con año se lleva a cabo el Congreso y Campeonato Nacional Charro en diferentes sedes que son decididas por votación de la membrecía de los Charros Federados, en esta justa nacional compiten las asociaciones que por medio del proceso de eliminación en los torneos Estatales y Regionales a través del año llegan a la Fiesta Grande, compitiendo lo más granado del deporte y con  las mejores asociaciones de México y Estados Unidos, ya que en la Unión Americana se encuentran nuestras raíces en los estados de Arizona, California, Colorado, Idaho, Illinois, Iowa, Kansas, Nevada, Nuevo México, Oregón, Oklahoma, Texas y Washington.
Este Año la cita es en la ciudad del rostro de cantera y corazón de plata de Zacatecas en donde se escenificará el LXVIII Congreso y Campeonato Nacional Charro "Zacatecas 2012", del día 15 de Octubre al 4 de Noviembre del 2012 en el Lienzo Charro Monumental Zacatecas, Zac.
Así pues, miembros de la hermandad Charra, Como la Charrería es cultura, Charro es el que se conoce a sí mismo, conoce sus raíces y las valora en un concepto de cultura y de idiosincrasia. Quien desvirtúa el traje nacional pone en evidencia su ignorancia, pues se adquiere responsabilidad al vestir el atuendo que involucra la dignidad nacional y la memoria de generaciones ancestrales que nos legaron un cúmulo de virtudes, gustos campiranos y cultura netamente Mexicana.
Así que…  ¡Viva México! y ¡Viva La Charrería!

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