El Charro Mexicano
Hoy 14 de Septiembre celebra la comunidad de
hombres de a caballo, “El Día Del Charro”, Instituido por decreto presidencial
por el Presidente de la republica Abelardo L. Rodríguez y desde entonces, todos
los miembros federados en el seno de la Federación Mexicana de Charrería
pasaron a formar parte de las reserva del Ejercito Mexicano, celebrando su día
con eventos cívicos y deportivos en dondequiera que se encuentre una agrupación
de Charros.
¡VIVA MEXICO!... Es el grito que la noche del 15 de Septiembre de cada año ruge a
través de todos los rincones de México y tiene eco en el corazón de cada
mexicano que late en el extranjero alrededor del mundo, al celebrar la gesta
heroica del cura Don Miguel Hidalgo y Costilla en el pueblo de Dolores de nuestro
estado de Guanajuato el año de 1810, dando inicio así a la guerra de
Independencia; Hoy los motivos para celebrar son deportivos más que históricos
o sociales, sin embargo la festividad nos hace recapacitar en nuestras raíces
culturales e históricas y una fase de esa veta cultural tan nuestra, es la
figura que ante el mundo nos identifica mejor que cualquier otra, me refiero a
la imagen del Charro reconocida mundialmente como el icono de la identidad de
México; con eso en mente decidí crear un ligero bosquejo de la transformación
de la imagen que nos identifica.
La presencia del Charro, con su gallardía varonil y
destreza, representa universalmente todo lo que es México. El Charro de hoy es,
sin lugar a duda, el heredero directo de las tradiciones y costumbres de sus
gloriosos ancestros y como tal, debe salvaguardar celosamente las costumbres y
tradiciones depositadas en él, en un marco de conducta intachable, rectitud de
carácter y de palabra inquebrantable a toda prueba, tanto en las faenas dentro
de un Lienzo en competencia como fuera
de él.
La evolución del Charro, a través de la historia de
México, fue y continúa siendo motivo de debate y escrutinio por parte de los
estudiosos del tema; sin embargo trataré de esbozar sólo un bosquejo ligero de
la transformación del indígena nativo hasta la figura inconfundible que es hoy
por hoy reconocido mundialmente como símbolo universal de México, “El Charro
Mexicano”.
Dos Culturas: Jorge Gonzalez Camarena |
Durante el segundo viaje de Cristóbal Colón hacia
tierras del “Nuevo Mundo” tuvo lugar la conquista de Cuba y de ahí el
descubrimiento y conquista de México por Hernán Cortés al mando de un ejército
formado por 458 soldados, 109 marineros y 16 caballos.
En ese momento resonaron los cascos de esos caballos,
haciendo huella en el suelo del virgen territorio Mexicano y se gestó la unión
del corcel Español con el caballero Azteca, no sin antes pasar por periodos de
ajuste y fusión de dos culturas a base fuego y sangre, pues entre otras cosas
que los conquistadores prohibieron a los naturales, fue la monta de caballos y
el uso de la pólvora ya que eran la armas más efectivas para aprovechar la
ignorancia del indígena y conseguir la sumisión incondicional.
A consecuencia de la expansión de los conquistadores y
la colonización por los civiles, eventualmente las bestias se escapaban durante
los combates, en las labores agrícolas o de las haciendas de crianza de ganado.
La caballada extraviada se reprodujo y floreció de forma salvaje en las montañas y territorios despoblados y
así llegó la oportunidad para que el indio, el mestizo y el mulato domaran
estos animales y los arrendaran a su gusto y para sus necesidades en el campo.
Caballo con arreos Charros, D.T. Eguerton 1840, Aguascalientes |
Durante la época de la Colonia, se generalizó el uso
del caballo como medio de transporte y auxilio en las labores campiranas,
además de ser usado junto con partidas de mulas y recuas de burros para el
transporte de las riquezas extraídas de las vetas de platas en las entrañas del
noble Guanajuato y la lejana Zacatecas.
Los mestizos, con el correr del tiempo se asentaron en
comarcas pequeñas de agricultores principalmente; Algunos optaron por la renta
de parcelas y los más se convirtieron en administradores de haciendas
pertenecientes a personajes citadinos.
Dentro de su aislamiento debido a las grandes
distancias, se convirtieron en personas auto suficientes, la mayoría de sus
implementos eran fabricados por ellos mismos con los recursos que la naturaleza
les brindaba, con costumbres e indumentarias propias; amaban a la tierra que
los sustentaba y por tal motivo, fueron ellos los primeros y quienes con mayor
profundidad, sintieron el concepto de Patria.
Por aquel tiempo habían madurado cierta ideas
independentistas en las mentes jóvenes de los pobladores de la Nueva España y
se inició la Guerra de Independencia el 15 de Septiembre de 1810 por el cura
don Miguel Hidalgo y Costilla en el poblado de Dolores del estado de Guanajuato
y se consumó el 24 de Febrero de 1821 con la promulgación del plan de Iguala
por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero.
Oleo del Siglo XIX Jinete ataviado en traje de Chinaco |
Los modestos campesinos y los Charros por origen o
condición social con su valor y habilidad sobre el caballo, abrazaron la causa
de la Independencia; Algunos alcanzaron rangos y grados militares que les
permitieron aumentar las galas de su indumentaria y como buen ejemplo vemos la
descripción hecha por Niceto de Zamacois en su libro “Historia de México” con
motivo del encuentro del General Español Javier Mina con uno de estos rancheros
adinerados, “Vestía el traje de ranchero o gente del campo del país, que es muy
vistoso y propio para andar a caballo. Llevaba un sombrero llamado Jarano,
semejante al de los picadores de España, pero más fino y flexible, de anchas
alas galoneadas de oro, con rica toquilla de plata y chapetas del mismo metal,
un jorongo de vivos y matizados colores colgado sobre el hombro; una rica calzonera
de paño azul con botonadura de plata, vistosas botas camperas y lujosas
espuelas de amplia rodaja, con algunos colgajitos de acero que producen un
ligero sonido al andar”.
Las filas de este ejército independentista se vieron
engrosadas por caudillos de la talla de Juan Aldama, Mariano Abasolo, Ignacio
Allende y José María Morelos y Pavón, cura de Valladolid, todos ellos diestros hombres
de a caballo.
Durante la lucha armada se distinguieron por sus
proezas, algunos de ellos fueron temibles por su destreza a lomo de caballo,
entre ellos Hermenegildo Galeana y los hermanos Leonardo y Nicolás Bravo.
Albino García se hizo de gran reputación en el manejo de la reata a caballo
arrasando realistas en el Bajío.
Al termino de la guerra de independencia se instaló
Guadalupe Victoria como primer presidente de México en 1824, le sucedió en el
poder Vicente Guerrero y llegó al poder Antonio López de Santana, quien con su
vicepresidente Vicente Gómez Farías, promulgó las primeras leyes de reforma en
1833, a lo cual siguió una serie de luchas internas por el control del poder
debido a las diferentes corrientes ideológicas. Entre los personajes que fueron
atraídos por el ambiente campirano y la práctica de las faena vaqueras en las
haciendas agrícolas y ganaderas encontramos a varios de gran linaje como el
Emperador Maximiliano, quien hizo rediseñar sus prendas personales de vestir
para incorporar elementos Charros de su gusto y mandó confeccionar sillas de
montar ricamente adornadas con aditamentos de plata incrustando el escudo
imperial en plata repujada y oro.
Maximiliano I con uniforme militar montando en silla Mexicana |
La gente común y corriente deseosa de esparcimiento,
acudía a festejos populares como la conmemoración del “Viernes de Dolores” y el
día de la Santa Cruz, en el paseo colonial de La Viga, abierto por el Segundo
Conde de Revillagigedo en el periodo de 1779 – 1789.
Durante la guerra de Reforma, con dos gobiernos simultáneos,
Don Benito Juárez por un lado y Félix María Zuloaga por el otro; se libraron
batallas contra enemigos extranjeros, tales como los Franceses en 1862, los
Austriacos y los Belgas en 1864. Entonces los afamados Plateados y los Chinacos
con sus armas ya reconocidas de sogas,
lanzas, machetes además de cuchillos y armas de fuego al lado de Charros y
vaqueros, ganaron fama por su derroche de valor y por ser temibles en la
guerra.
A principios del siglo pasado los rancheros seguían en
su acostumbrado aislamiento y esto contribuyó para que las costumbre típicas y
la forma tradicional de vestir de estos se transformara de una forma paulatina,
pero llegó la época de la presidencia Porfiriana y las influencias extranjeras
rompieron los moldes hasta entonces establecidos por las costumbres, las modas,
los trajes y hasta la silla de montar.
Las típicas calzoneras se cambiaron por pantalón
ajustado con botonaduras, que sólo servían como adorno a los lados de cada
pierna y hasta el zapato se convirtió en botín de una pieza, las botas de
campana se eliminaron y el tamaño del sombrero aumentó sus proporciones. Las
sillas de montar disminuyeron sus dimensiones, se acortaron los estribos
descomunales y se dejaron de usar los vaquerillos, formados por pieles de chivo
que colgaban a ambos lados detrás de la teja del fuste. Se generalizó el uso de
Chaparreras que son un transformación de los Zahones Españoles con arreglos y
modificaciones, ya que los Charros tuvieron que alargarlos para proteger las
espinillas al colear, agregándoles además dos rozaderas, una en cada pierna,
para resistir las chorreadas de la reata.
Revolucionario en el Bajio visitando a su Novia |
Con la llegada de la época Revolucionaria se presentó
otra vez la ocasión para que el Charro Mexicano demostrara de nuevo su
habilidad sobre el caballo y la enorme entrega para defender sus ideales
cualesquiera que estos fueran; Y así las crónicas revolucionarias están llenas
de nombres de personajes ilustres que fueron parte decisiva del curso de
nuestra historia. Hombres como Francisco I. Madero, Ricardo Flores Magón y José
María Pino Suárez encabezaron el grupo que además de ser el nervio intelectual
del movimiento se sirvieron del noble caballo para sus correrías y traslados, e
ilustres Charros como Don Carlos Rincón Gallardo, autor de “El Libro del Charro
Mexicano” que es considerado aún en nuestros días como la Biblia del Charro, quien
fuera designado por Victoriano Huerta en 1913 como inspector de las fuerzas
rurales de la Federación.
En el plano militar se distinguieron centauros como
los Generales Álvaro Obregón, de valor indomable, Francisco Villa con sus
Dorados de la División del Norte, Emiliano Zapata en el estado de Morelos,
quien fuera acribillado por la traicionera metralla del Coronel Jesús Guajardo,
sobre su caballo predilecto el “As de Oros”, Benjamín Argumedo, Rodolfo Fierro,
Lucio Blanco y Pánfilo Natera, quienes junto con sus tropas cuidaban con celos
sus caballos al lado de sus abnegadas soldaderas animados por las notas de La
Adelita, La Valentina, La Rielera y la Marcha de Zacatecas.
También la Guerra
de los Cristeros (1926 -1929) fue palestra para el Charro, pues su
escenario principal fue la campiña del centro de México. Los estados de
Jalisco, Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas, se vieron regados
con la sangre brava de mártires que entregaron sus vidas en aras de la defensa
religiosa que fue asaltada, al prohibir el culto público por el entonces presidente
Plutarco Elías Calles.
Fueron notables las acciones militares escritas en los
anales del movimiento Cristero por hombres como los Generales Enrique
Gorostieta, Lauro Rocha, Victoriano Ramírez apodado El Catorce y Pedro
Quintanar, quienes siendo de extracción campesina y conociendo a fondo las
tareas campiranas, supieron dar lustre a la imagen emergente del Charro.
Al termino de la revolución e iniciarse la nueva vida
económica, fabril e industrial de México comenzó la migración del campo a la
ciudad y los nuevos habitantes citadinos llevaron consigo la sangre Charra y la
tradición, echando mano de su ingenio para transportar girones del campo hacia
la urbe y de esa forma nació lo que hoy conocemos como Lienzos Charros en donde
pudieron repetir las faenas del campo convirtiéndolas en suertes, que
reglamentadas, se trocaron en competencias.
Estos Lienzos sirven ahora a los descendientes de la
estirpe Charra como escuelas en cuyas cátedras aprenden las suertes y refinan
las facultades para dominar por gusto y orgullo las tareas que para sus
ancestros, fueron obligaciones de trabajo y parte del diario vivir.
A estas alturas es necesario hacer mención y dar
reconocimiento a algunas familias que tuvieron la visión y la necesidad de
conservar la solera y el abolengo que a sus apellidos dio blasón y linaje. La
familia Becerril de Naucalpan, los Chávez de Toluca, los Ramos y los Islas del
Distrito Federal, los Rojo Lugo y los Gómez Jáuregui de Hidalgo, los Domínguez
de Querétaro, la familia Balleza de Guanajuato, los Pedrero de León. Don Chon Ledesma
de Celaya; Las familias Zermeño. Barba y Sánchez Yaguno de Jalisco, la familia
Zavala de Monterrey y tantos hombres que sería imposible enumerar.
Consejo Directivo Asoc. Nacional de Charros, 1924 |
La fundación de la primera agrupación Charra en el
país se verificó el 4 de Junio de 1921 al nacer la Asociación Nacional de
Charros, siendo su primer presidente el Lic. Ramón Cosío González; En 1923 y
gracias a los esfuerzos y la tenacidad del Sr. Manuel Paredes Arroyo se
fundaron asociaciones en Guadalajara, Guanajuato, Puebla, San Juan del Rio y
Querétaro.
La constante preocupación de los Charros por la
difusión de sus suertes, el orden y respeto a sus estatutos los llevó a
reunirse el 26 de Julio de 1933 para formar un comité que explorara la
organización y fundación de la Federación Nacional de Charros, que sucedió el
16 de Diciembre del mismo año en la Ciudad de México, llevando en sus manos el
Sr. Leovigildo Islas las riendas de la joven Federación como su primer
presidente.
El 23 de Agosto de 1933 el Sr. Presidente de la
República Abelardo L. Rodríguez por medio del Consejo Nacional de Cultura
Física declaró a la Charrería como el deporte “Genuinamente Nacional” ofreciendo
todo el apoyo y la ayuda moral para hacer resurgir las típicas costumbres que
nos legaron nuestros antepasados.
La imagen estereotipada del Charro Mexicano fuera de
las fronteras del país se debe en gran parte a la producción de la industria
cinematográfica que personifica al Charro como un tipo borracho, jugador,
brabucón y enamoradizo; Ha tocado a Charros íntegros con valores espirituales y
morales y con conocimiento de causa, la tarea de limpiar la imagen del centauro
Mexicano, lo cual se va consiguiendo lentamente con las excursiones de estos
Charros allende las fronteras del suelo patrio y con su presencia en los más
grandes escenarios del arte y la cultura en el mundo, comenzando en el año de
1889 se presentó Ponciano Díaz Salinas ataviado con su traje de Charro con su
imponente bigote, algo inusual en los toreros, nativo de Atenco, tierra taurina
por excelencia, en la plaza monumental de Madrid en donde asombró al público al
colocar banderillas a dos manos a caballo e incluso hizo demostraciones de
manganeo y la suerte de piales a caballo, 1894 una docena de Charros salió de
Monterrey con rumbo a Nueva York dirigidos por Vicente Oropesa. Otro grupo
nutrido asistió después a la Exposición Mundial de Paris en 1900, continuando
después con un recorrido por las mayores capitales de Europa, asombrando
públicos con su destreza, valor, integridad y la belleza y lujo de sus
atuendos.
Directiva, Asociacion Nacional De Charros 1934 |
Entre los años
1924 y 1934 la Charrería contó con grades impulsores; Centauros e intelectuales
que unieron sus esfuerzos para propagar y diseminar el “Credo Charro”, entre
los cuales podemos mencionar al General Roberto Cruz, Antonio Gómez Velasco,
Rafael y Antonio Gil y el General Jesús Jaime Quiñones, bajo cuya dirección
tuvo lugar la primera visita de Charros organizados a Chicago Illinois en el
año de 1933, dicha presentación tuvo lugar en el antiguo Southernfield Stadium,
de entonces a nuestros a la fecha, la Charrería organizada ha crecido en
Chicago pues hoy en día se cuenta con 18 asociaciones registradas en el seno de
la Federación, Durante ese viaje, el Sr. Antonio Gil captó la necesidad e
introdujo la rapidez y la continuidad en las suertes en los Lienzos.
Haciendo referencia a los Charros que de una manera
profesional han paseado la imagen y en algunos casos hasta las faenas y suertes
de la Charrería por los escenarios populares de las naciones del mundo entero,
es importante mencionar a José Velásquez que durante los años veinte actuó en
Filadelfia, La Habana, Texas, Chicago, Buenos Aires, Valparaíso y Lima en Perú.
En la década de los treinta Martin Díaz, Guadalupe Bustamante, Juvenal y Arturo
Banales actuaron en Panamá, Guatemala, Honduras, Guayaquil, Bogotá y Medellín
en Colombia; en 1935 Sergio Arroyo, Francisco Aparicio y José de la Torre
actuaron en Portugal, Barcelona, Bilbao, Zaragoza, Granada y Madrid. Luego en
1939 José Luis Ortega, Miguel Aceves Galindo y Audomaro Becerril actuaron en la
Feria Mundial de Nueva York. El 11 de Septiembre de 1962 el Dr. José Islas
Salazar, José Balleza y la Cabalgata Charra de Celaya Visitaron de nueva cuenta
la ciudad de Chicago.
Es de justicia mencionar al Charro Zacatecano Antonio
Aguilar, quien con su familia incluida en su “espectáculo” Charro, recorría año
con año la república Mexicana y las grandes ciudades de los Estados Unidos para
llevar hasta las urbes más sofisticadas la tradición campirana y la música tan
arraigada en el sentir y la identidad del Mexicano.
Es menester hacer notar que durante un tiempo
existieron dos núcleos de Charros, el de la Federación Nacional de Charros y la
Federación Mexicana de Charros, pero a base del dialogo y la diplomacia, y en
beneficio de la Charrería en general, en la Ciudad de Pachuca Hidalgo durante
en el congreso nacional en 1984 se llevo a cabo la unificación de las dos
facciones y se eligió al Charro Torero Joselito Huerta como presidente de la
recién unificada Federación Mexicana de Charrería. En la actualidad está por
terminar la administración del señor Lic. Jaime Castruita Padilla como dirigente
máximo de la Federación Mexicana de Charrería A.C.
Año con año se lleva a cabo
el Congreso y Campeonato Nacional Charro en diferentes sedes que son decididas
por votación de la membrecía de los Charros Federados, en esta justa nacional
compiten las asociaciones que por medio del proceso de eliminación en los
torneos Estatales y Regionales a través del año llegan a la Fiesta Grande, compitiendo
lo más granado del deporte y con las
mejores asociaciones de México y Estados Unidos, ya que en la Unión Americana
se encuentran nuestras raíces en los estados de Arizona, California, Colorado,
Idaho, Illinois, Iowa, Kansas, Nevada, Nuevo México, Oregón, Oklahoma, Texas y
Washington.
Este Año la cita es en la
ciudad del rostro de cantera y corazón de plata de Zacatecas en donde se
escenificará el LXVIII Congreso y Campeonato Nacional Charro "Zacatecas
2012", del día 15 de
Octubre al 4 de Noviembre del 2012 en el Lienzo Charro Monumental Zacatecas,
Zac.
Así pues, miembros de la hermandad Charra, Como la
Charrería es cultura, Charro es el que se conoce a sí mismo, conoce sus raíces
y las valora en un concepto de cultura y de idiosincrasia. Quien desvirtúa el
traje nacional pone en evidencia su ignorancia, pues se adquiere responsabilidad
al vestir el atuendo que involucra la dignidad nacional y la memoria de
generaciones ancestrales que nos legaron un cúmulo de virtudes, gustos
campiranos y cultura netamente Mexicana.
Así que… ¡Viva México!
y ¡Viva La Charrería!